Una niña desaparece sin dejar rastro en un pueblo de la montaña. Tres amigas crecen juntas, habitan las casas de los que han huido y juegan a ser mujeres cuando nadie las ve, pero los ecos oscuros de la violencia que acecha se convierten en una amenaza ineludible.
Co-producción: Michael Weber, Viola Fügen, Rachel Daisy Ellis, Jamal Zeinal-Zade, Dan Wechsler, Susan Rockefeller, Joslyn Barnes, Danny Glover, José Cohen Ovadia, Helmut Dosantos, Doris Hepp, Burkhard Althoff
Productores asociados: Juan Carlos Rojas, Carlos Morales, Vanessa Hernández, Marcela Arenas Rosas
Cineasta salvadoreña-mexicana egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y con maestría en Documental de Creación por parte de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona. Ha impartido conferencias y talleres sobre cine documental en la Universidad de Colombia, la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, el CCC en México, entre otras instituciones. También fue editora del libro El viaje, rutas y caminos andados para llegar a otro planeta, producido por el CCC y DocumentaMadrid. Ha sido consultora para varios proyectos documentales en IMCINE, y ha formado parte del jurado en festivales de cine.
Tatiana se ganó su reputación internacional con su primer largometraje El lugar más pequeño (2011), el cual fue presentado en más de 50 festivales y ganó numerosos premios incluyendo el Ariel por Mejor Documental Mexicano en 2012, el Premio al Mejor Largometraje Internacional en Visions du Reel 2011, el Premio FIPRESCI en Mar del Plata 2011, y el Premio de la Audiencia Der Standard en la Viennale de Austria 2011, entre otros.
Tempestad (2016), su segundo largometraje, estrenó en la sección Forum del Festival Internacional de Cine de Berlín. Desde entonces, la película ha participado en más de 80 festivales, haciéndose de múltiples premios como el Premio Tim Hetherington del Festival de Documentales de Sheffield, la Rana de Oro a Mejor Documental en el Festival Camerimage y, más recientemente, tres premios Fénix y cuatro Arieles, incluyendo Mejor Dirección y Mejor Documental.
También fue ganadora de la beca de Coinversiones Culturales del FONCA en 2009, así como de la beca GUCCI Ambulante en 2010. En 2013, se unió al Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Biografía de NICOLÁS CELIS // PIMIENTA FILMS
Establecida en la Ciudad de México, Pimienta Films fue fundada en 2008 por los hermanos Nicolás y Sebastián Celis como una casa productora independiente. Su actividad principal es la producción de largometrajes, de ficción y documental, que retratan la perspectiva artística de cada autor. A lo largo de los años, el objetivo principal de la productora ha sido construir relaciones sólidas con diferentes compañías dedicadas al cine en México, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Dichas relaciones en algunas ocasiones han derivado en coproducciones que han ampliado los horizontes, alcanzando nuevos mercados y aumentado las ventas.
En 2014, PIMIENTA FILMS fue nombrada como una de las tres mejores productoras de cine en México, por la prestigiosa revista VARIETY.
Sus proyectos han sido aclamados por la crítica y acogidos por la audiencia nacional e internacional gracias a su calidad artística y visión única, y le han dado a Pimienta Films una reputación de promover nuevos talentos nacionales, además de trabajar con reconocidos directores entre los que se encuentran, Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón, Amat Escalante, Tatiana Huezo, James Franco, Ciro Guerra, Elisa Miller, Rafi Pitts, entre otros.
Biografía de MAYRA BATALLA // ACTRIZ
Mayra Batalla estudió la licenciatura en actuación en La Casa del Teatro. Posteriormente viajó a París, Francia, para estudiar una especialización en performance vocal con técnica Roy Hart y teatro coreográfico en Panthéâtre. Ha participado en diversas obras de teatro, tales como: Bárbara Gandiaga, “Las cosas simples”, “Ángeles en América”, “Si una noche o algo así”, “La viuda astuta” y la más reciente “En la mira” en Microteatro.
Ha actuado en numerosos cortometrajes y largometrajes tales como: “Partes usadas” y “Las horas muertas”, de Aarón Fernández; “El sueño mexicano”, de María del Pilar Montero, “Cásese quien pueda”, de Marco Polo Constandse, “Vive por mí”, del director español Chema de la Peña, “La carga” de Alan Jonsson y ¿Qué culpa tiene el niño?” También ha trabajado en series como “Los Minondo”, “Pacientes”, “Kipatla”, “Crónica de castas” y “La Sombra del Ángel”. Actualmente podemos verla en “La Bandida”, “Rosario Tijeras”, “El Secreto de Selena” y “Tijuana”.
PRAYERS FOR THE STOLEN // NOVELA
Obra literaria de ficción estadounidense publicada en 2014 por la editorial Hogarth. Escrita por la autora estadounidense-mexicana Jennifer Clement. La novela relata las estrategias empleadas por un grupo de tres niñas, al borde de la adolescencia, para sobrevivir en un pueblo asolado por la guerra. Ha sido merecedora de múltiples premios internacionales, entre los que destacan el Grand Prix des Lectrices Lyceenes de ELLE en el año 2015 y el Sara Curry Humanitarian Award en el año 2014. En el año 2014 fue finalista en la beca PEN/Faulkner Award for Fiction
JENNIFER CLEMENT // AUTORA DE PRAYERS FOR THE STOLEN
Poeta y narradora nacida en Greenwich, Connecticut el 23 de abril de 1960. Egresada de la New York University donde se certificó en Letras Inglesas y Antropología; y Letras Francesas en París. Actualmente es presidente de PEN International y previamente de PEN México (2009-2012). Ha sido directora y fundadora de la Semana de Poesía de San Miguel de Allende por la cual recibió la beca de Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos. Ha sido miembro de la SNCA y colaboradora en diversas revistas, entre ellas La revista X, Nexos, Poetry London, The London Times, The Nation, entre otras.
Ha sido ganadora del Canongate Prize for New Writing del Reino Unido por su obra A Salamander Child; becaria de John Guggenheim Memorial Fundation en 2016; ganadora del premio Sara Curry Humanitarian Award en 2014; ganadora del premio Gran Prix des Kectrices Lyceenes de ELLE 2015, otorgado por Elle Magazine, el Ministerio Francés de Educación y Maison des Écrivains et de la littérature, por su obra Prayers for the stolen. Parte de su obra ha sido incluida en las antologías Noise of Dreams/Ruido de sueños (1995), The Best of the American Voice (1998), Verse and Universe (1998), y Cuerpo erótico (2006), entre otras.
El icónico intérprete de Voldemort, Ralph Fiennes, ha lanzado una peculiar advertencia al actor que heredará el papel del temible mago oscuro en la próxima serie de HBO. Durante la promoción de su nueva película Exterminio: La Evolución, el actor británico reveló a Entertainment Tonight los secretos menos conocidos de su interpretación: «Practica caminar con túnicas largas para no tropezar, y prepárate para lidiar con medias de liguero», confesó entre risas, recordando cómo sus prendas íntimas se convertían en motivo de bromas con el equipo durante el rodaje de Harry Potter.
Fiennes, quien dio vida al villano más memorable de la saga entre 2005 y 2011, estableció un estándar difícil de superar con su interpretación cargada de intensidad teatral y movimientos felinos. Su consejo, aunque humorístico, esconde una verdad fundamental: encarnar al Señor Tenebroso requiere dominio físico tanto como actoral. «Levantaba mi túnica para mostrar el liguero a los dobles de acción», bromeó el actor, demostrando que incluso los papeles más siniestros pueden tener momentos de comedia tras bambalinas.
La nueva adaptación de HBO, programada para 2026, promete reinventar el universo mágico con un elenco renovado y talentos como John Lithgow como Dumbledore y Paapa Essiedu como Snape. Sin embargo, el actor que interpretará a Voldemort sigue siendo un misterio tan bien guardado como los horrocruxes. Los fans especulan sobre quién podría igualar la mezcla de elegancia y terror que Fiennes imprimió al personaje, especialmente cuando el propio actor admite que disfrutaba «molestar» al equipo con su vestuario.
A sus 62 años, Fiennes demuestra que su legado va más allá del mundo mágico. Desde su aclamado papel en Cónclave hasta su regreso al cine de terror en Exterminio: La Evolución, el actor sigue siendo una fuerza creativa imparable. Su capacidad para equilibrar intensidad dramática con un humor irreverente —como cuando compara su vestuario de Voldemort con «un cabaret oscuro»— confirma por qué sigue siendo uno de los intérpretes más versátiles de su generación.
Mientras HBO prepara su ambiciosa adaptación, el fantasma de Fiennes como Voldemort planea sobre la producción. Su advertencia final resume el desafío: «Interpretar al Señor Oscuro duele… literalmente, si tropiezas con esas túnicas». Una lección que el próximo actor haría bien en recordar, junto con otro consejo no dicho pero implícito: nadie olvida al primer Voldemort, pero siempre hay espacio para una nueva leyenda tenebrosa.
Se cumplen cinco décadas del estreno de Tiburón, la película que no solo revolucionó el cine de terror sino que instaló un miedo colectivo al océano. Aunque la trama del filme de Steven Spielberg es ficticia, guarda sorprendentes paralelos con los ataques reales que enlutaron las costas de Nueva Jersey en 1916. Durante doce días de julio de ese año, cinco personas fueron atacadas por un tiburón —solo una sobrevivió— en incidentes escalofriantemente similares a los de la película, incluyendo la negativa inicial de las autoridades a reconocer el peligro para no afectar el turismo local.
El guion de Tiburón también incorporó una historia verídica aún más macabra: el hundimiento del USS Indianapolis en 1945, considerado el peor ataque de tiburones registrado. De los 1,196 marineros a bordo, solo 316 sobrevivieron después de días a la deriva, acosados por tiburones en aguas filipinas. Este episodio, recreado en el icónico monólogo de Quint, contrasta con la ficción de Amity Island, el escenario inventado por Peter Benchley en su novela que Spielberg trasladó a Martha’s Vineyard, Massachusetts, donde el filme se convirtió en leyenda y hoy es sitio de peregrinaje para fans.
A pesar del terror que sembró, Tiburón distorsionó la percepción pública sobre estos depredadores. Estadísticas del International Shark Attack File revelan que los encuentros mortales con tiburones blancos son excepcionales: apenas 59 muertes registradas desde 1580. En 2024, los ataques no provocados a nivel global bajaron a 47 casos, demostrando que el verdadero impacto del filme fue psicológico, no ecológico. Spielberg y Benchley, sin embargo, nunca pretendieron demonizar a los escualos; de hecho, el escritor se convirtió luego en activista por su conservación.
Para celebrar su aniversario, Martha’s Vineyard prepara proyecciones al aire libre acompañadas de la banda sonora interpretada en vivo por la Cape Symphony, mientras National Geographic estrenará Jaws @ 50: The Definitive Inside Story, un documental con material inédito y testimonios del caótico rodaje que casi hunde al equipo —nunca mejor dicho—. La cinta, disponible desde el 11 de julio en Disney+, promete revelar cómo una producción plagada de problemas técnicos (como el tiburón mecánico que nunca funcionaba) se transformó en un fenómeno cultural.
Medio siglo después, Tiburón sigue siendo un referente no solo por sus innovaciones cinematográficas —como el uso de steadycam en el agua o la partitura de John Williams—, sino por su habilidad para convertir hechos reales en una ficción atemporal. Su legado perdura: generaciones enteras aún piensan dos veces antes de entrar al mar, prueba del poder del cine para alterar nuestra relación con la naturaleza. Y aunque los datos digan lo contrario, esa música de dos notas basta para acelerar el pulso como si el peligro estuviera realmente ahí, acechando en las profundidades.
Un avance tecnológico sin precedentes está transformando la vida de personas con discapacidades motoras severas. Rob Greiner, un hombre que quedó paralizado del cuello hacia abajo tras un accidente de tránsito, se ha convertido en el cuarto paciente en probar con éxito el implante cerebral de Neuralink, la compañía de Elon Musk. En menos de una semana después de la cirugía, Greiner logró controlar una computadora y jugar videojuegos utilizando únicamente sus pensamientos, un hito que compartió emocionado en sus redes sociales. «Es increíble lo que ya puedo hacer», escribió el exentrenador de perros, quien no requiere de tecnología adicional como seguimiento ocular para interactuar con dispositivos digitales.
El revolucionario dispositivo, llamado «Link», consiste en un pequeño implante circular que se coloca en el cráneo y se conecta al cerebro mediante hilos más delgados que un cabello humano. Estos filamentos contienen electrodos capaces de registrar la actividad neuronal y traducirla en comandos digitales, que se transmiten de forma inalámbrica vía Bluetooth. Gracias a algoritmos de inteligencia artificial, el sistema interpreta las señales cerebrales en tiempo real, permitiendo a los usuarios controlar dispositivos externos con solo pensarlo. Aunque todavía está en fase experimental, la tecnología promete devolver autonomía a personas con parálisis para realizar tareas cotidianas que antes les eran imposibles.
Neuralink no se limita a esta innovación. La compañía ya trabaja en un dispositivo visual que, según Musk, podría expandir las capacidades humanas más allá de los límites naturales. El proyecto busca permitir a los usuarios percibir longitudes de onda invisibles, como la luz infrarroja o ultravioleta, lo que el empresario ha descrito como otorgar «superpoderes» a las personas. Sin embargo, estas ambiciosas ideas han generado tanto entusiasmo como escepticismo en la comunidad científica y el público general, planteando cuestiones éticas sobre los límites de la integración entre humanos y máquinas.
El caso de Greiner marca un hito importante en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora, demostrando el potencial de esta tecnología para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades. A medida que Neuralink continúa sus investigaciones, el mundo observa con asombro cómo la ficción científica se convierte en realidad. No obstante, expertos advierten que estos avances deben acompañarse de regulaciones claras que garanticen la seguridad y privacidad de los usuarios, especialmente cuando se trata de manipular las funciones cerebrales.
Mientras tanto, Greiner y otros pacientes pioneros continúan probando los límites de esta tecnología, abriendo nuevas posibilidades para la medicina y la interacción humano-máquina. Su experiencia no solo representa esperanza para millones de personas con movilidad reducida, sino que también plantea fascinantes interrogantes sobre el futuro de la evolución humana en la era digital. Con cada nuevo avance, la línea entre biología y tecnología se vuelve más difusa, prometiendo un futuro donde las limitaciones físicas podrían ser cosa del pasado.